Las herencias siempre son terreno abonado para las disputas. La experiencia apunta que incluso más cuando hay dinero del fallecido accesible en cuentas del banco o ha dejado dinero en efectivo. Un supuesto repetido es que un heredero o alguien cercano saque dinero sin permiso de los demás, vaciando los fondos poco a poco o del todo.
“Es algo relativamente frecuente”, explica Antonio Marơnez, socio de Marơnez Lafuente Abogados, despacho especializado en herencias. Hay un par de momentos clave en los que más se produce: tras morir la persona, en el plazo que transcurre entre que muere y que se reporta al banco la situación, o con anterioridad, en los últimos meses de vida del fallecido.
Los últimos meses en vida o el plazo hasta que se notifica al banco, puntos clave
Uno de los pasos cruciales tras el fallecimiento de una persona es informar al banco de su muerte. En ese momento, el dinero de la cuenta pasa a estar bloqueado al 100% si era el único titular o al 50% si contaba con un cotitular. Las facturas se siguen cobrando. “La recomendación es informar lo antes posible al banco para bloquear todo, al día siguiente del fallecimiento. Es una medida de seguridad, se bloquean transferencias y retiradas de dinero y queda una foto fija de lo que hay”, aconseja Marơnez. “Porque por despiste, se puede tardar en comunicar el fallecimiento… y suele ser en esas semanas o meses cuando uno puede aprovechar y vaciar la cuenta, sobre todo si está autorizado a operar”, expone.
Leonardo Cárdenas, socio del área fiscal y tributario de AGM Abogados, apunt que el supuesto más normal es que el uso indebido se produzca mientras el fallecido estaba vivo. Es decir, el problema puede venir de antes. Que en los últimos meses o años alguien con poderes o acceso a la tarjeta aproveche para ir haciendo un uso personal del dinero, con gastos o retiradas de efectivo para cubrir su vida. Si existen dudas, los herederos autorizados pueden solicitar información al banco sobre los movimientos previos que se hayan dado en la cuenta, dice Cárdenas, un certificado de gastos que se remonte en el empo. Probar que los gastos se hicieron para uso particular puede ser más complicado, sobre todo con las retiradas de dinero en cajero. En el testamento no se detallan cifras de balances de cuentas o efectivo, sino solo cómo se reparte. Otro factor que puede dificultar la trazabilidad es que no se cuente con el detalle de dónde tenía cuentas el fallecido. Se puede conocer la principal, pero no las secundarias.
Cuando hay dinero en efectivo, el control se complica y entra en juego la honestidad
En supuestos en los que quede acreditado la retirada de fondos sin autorización o el uso en beneficio personal de las cuentas, se tiene que negociar la restitución con el resto de herederos. Se puede detraer de la cantidad que le tocaba cobrar por la herencia, señala como salida Cárdenas. “Por ejemplo, si ha retirado 5.000 euros para gastos personales, se le restan de su parte”. Si las cantidades son importantes el tema puede escalar. “Vaciar o retirar dinero antes de que se reparta constituye un delito de apropiación indebida”, advierte Martinez. De demostrarse, puede acarrear una multa económica o incluso una pena de prisión de diversos años, sobre todo si se hizo con engaño. En caso de reintegro, el delito desaparece, explica.
Si las cosas se hacen bien, primero se debe notificar la muerte al banco, acreditarse luego como heredero, aceptar la herencia, liquidar el impuesto de sucesiones asociado y tras todo ello se reparta entre los herederos el dinero. El consejo que se repite es que la cuenta se cierre cuando se completan estos pasos.
Otro tema es el dinero en efectivo. Como está fuera del circuito bancario y puede que no hubiera control de cuánto tenía el fallecido, “depende de la honestidad de los herederos”, destaca Cárdenas. “El testamento nunca dice si hay efectivo, si entras en la casa primero y lo coges, no se sabe que estaba ahí, desaparece”. “Alguien que vive fuera y vuelve a la casa de los padres por el fallecimiento igual solo se encuentra las sábanas…”, ironiza el experto.
Dinero de herencias que desaparece: las peleas por las cuentas y el efectivo
Las herencias siempre son terreno abonado para las disputas. La experiencia apunta que incluso más cuando hay dinero del fallecido accesible en cuentas del banco o ha dejado dinero en efectivo. Un supuesto repetido es que un heredero o alguien cercano saque dinero sin permiso de los demás, vaciando los fondos poco a poco o del todo.
“Es algo relativamente frecuente”, explica Antonio Marơnez, socio de Marơnez Lafuente
Abogados, despacho especializado en herencias. Hay un par de momentos clave en los que
más se produce: tras morir la persona, en el plazo que transcurre entre que muere y que se
reporta al banco la situación, o con anterioridad, en los últimos meses de vida del fallecido.
Los últimos meses en vida o el plazo hasta que se notifica al banco, puntos clave
Uno de los pasos cruciales tras el fallecimiento de una persona es informar al banco de su muerte. En ese momento, el dinero de la cuenta pasa a estar bloqueado al 100% si era el único titular o al 50% si contaba con un cotitular. Las facturas se siguen cobrando. “La recomendación es informar lo antes posible al banco para bloquear todo, al día siguiente del fallecimiento. Es una medida de seguridad, se bloquean transferencias y retiradas de dinero y queda una foto fija de lo que hay”, aconseja Marơnez. “Porque por despiste, se puede tardar en comunicar el fallecimiento… y suele ser en esas semanas o meses cuando uno puede aprovechar y vaciar la cuenta, sobre todo si está autorizado a operar”, expone.
Leonardo Cárdenas, socio del área fiscal y tributario de AGM Abogados, apunt que el supuesto más normal es que el uso indebido se produzca mientras el fallecido estaba vivo. Es decir, el problema puede venir de antes. Que en los últimos meses o años alguien con poderes o acceso a la tarjeta aproveche para ir haciendo un uso personal del dinero, con gastos o retiradas de efectivo para cubrir su vida. Si existen dudas, los herederos autorizados pueden solicitar información al banco sobre los movimientos previos que se hayan dado en la cuenta, dice Cárdenas, un certificado de gastos que se remonte en el empo. Probar que los gastos se hicieron para uso particular puede ser más complicado, sobre todo con las retiradas de dinero en cajero. En el testamento no se detallan cifras de balances de cuentas o efectivo, sino solo cómo se reparte. Otro factor que puede dificultar la trazabilidad es que no se cuente con el detalle de dónde tenía cuentas el fallecido. Se puede conocer la principal, pero no las secundarias.
Cuando hay dinero en efectivo, el control se complica y entra en juego la honestidad
En supuestos en los que quede acreditado la retirada de fondos sin autorización o el uso en beneficio personal de las cuentas, se tiene que negociar la restitución con el resto de herederos. Se puede detraer de la cantidad que le tocaba cobrar por la herencia, señala como salida Cárdenas. “Por ejemplo, si ha retirado 5.000 euros para gastos personales, se le restan de su parte”. Si las cantidades son importantes el tema puede escalar. “Vaciar o retirar dinero antes de que se reparta constituye un delito de apropiación indebida”, advierte Martinez. De demostrarse, puede acarrear una multa económica o incluso una pena de prisión de diversos años, sobre todo si se hizo con engaño. En caso de reintegro, el delito desaparece, explica.
Si las cosas se hacen bien, primero se debe notificar la muerte al banco, acreditarse luego como heredero, aceptar la herencia, liquidar el impuesto de sucesiones asociado y tras todo ello se reparta entre los herederos el dinero. El consejo que se repite es que la cuenta se cierre cuando se completan estos pasos.
Otro tema es el dinero en efectivo. Como está fuera del circuito bancario y puede que no hubiera control de cuánto tenía el fallecido, “depende de la honestidad de los herederos”, destaca Cárdenas. “El testamento nunca dice si hay efectivo, si entras en la casa primero y lo coges, no se sabe que estaba ahí, desaparece”. “Alguien que vive fuera y vuelve a la casa de los padres por el fallecimiento igual solo se encuentra las sábanas…”, ironiza el experto.
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